La fe en antagonismo al sentido común es fanatismo y el sentido común en antagonismo a la fe es racionalismo.
La vida de fe los coloca a los dos en la relación apropiada.

Para cada detalle del sentido común de la vida hay una verdad que Dios ha revelado y que nos permite poner a prueba en nuestra experiencia práctica lo que creemos de Él. La fe es un principio extremadamente activo que siempre coloca a Jesucristo primero. La vida de fe dice: "Señor, Tú lo has dicho. Parece una locura, pero voy a lanzarme, confiando en tu Palabra" (por ejemplo, Mat_6:33). Siempre y no algunas veces, es una lucha convertir la fe intelectual en nuestra posesión personal. Dios nos pone en circunstancias que educan nuestra fe, porque la naturaleza de la fe es que el objeto de ella se vuelva real. Antes de conocer a Jesús, Dios es sólo un concepto y no podemos tener fe en Él. Pero, tan pronto oímos que Jesús dice: "El que me ha visto a mí ha visto al Padre", Jua_14:9, tenemos algo real y nuestra fe no tiene límites. La fe es toda la persona en una relación correcta con Dios por el poder del Espíritu de Jesucristo.
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